El Arzobispo preside la ordenación diaconal de un seminarista y un religioso y de tres laicos como diáconos permanentes
El diaconado es el paso previo a la ordenación sacerdotal
El Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, ha presidido este sábado la ordenación diaconal de un seminarista diocesano y de un religioso Cooperador de la Verdad. Una ceremonia en la Catedral en la que también han recibido la ordenación como diáconos permanentes un total de tres laicos.
Se trata, por tanto, de una celebración conjunta, en la que han sido ordenados dos “diáconos transeúntes”– que realizan promesa de celibato- como paso previo a su ordenación sacerdotal y tres “diáconos permanentes”, en este caso tres laicos casados y padres de familia.
El seminarista que ha recibido la ordenación diaconal es Ignacio Benavent Picó, perteneciente a la parroquia de San Juan de la Ribera de Valencia y, actualmente, realiza el último curso en el Seminario diocesano en Moncada.
Por su parte, el religioso ordenado diácono es Jesús Escrig Sanchis, de la Congregación Cooperatores Veritatis de la Madre de Dios
El diaconado, que es el paso previo a la ordenación sacerdotal, posibilita que los diáconos, a partir de su ordenación, puedan predicar la Palabra de Dios y presidir la celebración de los sacramentos del Bautismo y del Matrimonio así como servir en el altar y ser ministros de la Comunión y presidir las exequias y bendiciones.
En la ceremonia de la ordenación, los diáconos son revestidos con estola y dalmática, reciben la imposición de manos por el Arzobispo y se les entrega el libro de los Evangelios, ha explicado el rector del Seminario La Inmaculada, Fernando Ramón.
Tres nuevos diáconos permanentes, casados y padres de familia
Igualmente, tres laicos valencianos, que ejercen en la actualidad sus profesiones como maestro, funcionario y empleado en el Registro de la Propiedad, han sido ordenados diáconos permanentes en la misa que ha presidido el Arzobispo en la Catedral.
De esta manera, tras un largo período de discernimiento y formación, los tres laicos dan este paso y se suman al diaconado permanente, un ministerio para el servicio de la Iglesia, que en la diócesis de Valencia cuenta ya con más de 40 diáconos.
Tras la ordenación, los diáconos permanentes reciben el encargo de distribuir la Comunión como ministros ordinarios, de presidir celebraciones exequiales y administrar los sacramentos del Matrimonio y Bautismo en las parroquias de la diócesis que les son destinadas por el Arzobispo.
Se trata de Julián Felipe Zanón Tripiana, de 60 años, casado, padre de cinco hijos y uno en acogida, que es Maestro de Primaria en la Escuela Profesional La Salle de Paterna. Estudió Magisterio, es Diplomado Universitario en Profesorado de EGB por la Universidad de Valencia, máster en Educación Física y Licenciado en Ciencias Religiosas por la Universidad Pontificia de Comillas, de Madrid. Es feligrés de la parroquia de Santa Marta de Puzol, donde ha trabajado pastoralmente.
Igualmente, ha sido ordenado diácono permanente José Juan Fabado Colomer, de 54 años, casado, padre de dos hijos, que es empleado como pasante en un Registro de la Propiedad. Es feligrés de la parroquia de Benaguacil y responsable de la Tercera Orden Franciscana en Valencia. Actualmente, realiza diversas tareas pastorales en las parroquias María Madre de la Iglesia y San Francisco, ambas en la ciudad de Lliria.
Por su parte, Santiago Peyró Gregori, de 58 años, casado y padre de cuatro hijos también ha recibido la ordenación diaconal. Él es ingeniero técnico agrícola y es funcionario en el Ayuntamiento de Valencia. Es feligrés de la parroquia de los Santos Juanes de Valencia, donde ha trabajado pastoralmente, así como en la iglesia de San José de la Montaña, en las tareas benéficas y evangelizadoras que las religiosas de esta congregación llevan a cabo.
© Catedral de Valencia / Crédito fotográfico: V. Gutiérrez / AVAN